Es realmente necesaria, ya que ayuda a detectar una anomalía o cambio que tenga lugar en el pecho. Este proceso está principalmente enfocado a la detección precoz del cáncer de mama. Lo correcto sería realizar la autoexploración una vez finalizado el ciclo menstrual y en el caso de las mujeres con menopausia, cada mes.
La primera autoexploración deberá realizarse detenidamente, ya que nos permitirá conocer el aspecto y consistencia normal de las mamas. La presencia de bultos es normal ya que la mama posee la glándula mamaria con ese peculiar tacto.
Es necesario colocarse delante de un espejo con los brazo hacia abajo y después hacia arriba para tener una vista completa de las mamas y poder apreciar zonas enrojecidas e imperfecciones notables. Posteriormente, se palpa la mama con la yema de los dedos recorriéndola siguiendo líneas rectas. El paso final consiste en presionar el pezón de forma suave con los dedos, comprobando si secretan líquido. Una secreción de líquido amarillento, lechoso, transparente o sangre puede ser síntoma de un tumor de mama.
Las posibles alteraciones que se pueden encontrar durante dicha autoexploración y significan un motivo de consulta con el ginecólogo son:
- Palpación que produce dolor
- Color diferente en alguna zona de la mama
- Bultos o hundimientos
- Secreción al presionar los pezonas
La siguiente imagen, indica de forma detallada los 5 pasos a seguir durante la exploración mamaria:
Fuentes:
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