Año tras año, España se sitúa como líder mundial en donación de órganos y tejidos según el informe del Registro Mundial de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en colaboración con la OMS. Esto, nos convierte en un ejemplo a imitar y nos proporciona el privilegio de tener mayores posibilidades de obtener un trasplante en caso de necesitarlo.
Un trasplante consiste en sustituir un órgano o tejido enfermo por otros que funcione adecuadamente. Es evidente que se necesitan donantes, pues sin la solidaridad de estos, no hay trasplantes. Existe una ley que regula todo este proceso y que contempla los siguientes puntos fundamentales:
- El establecimiento de la llamada muerte encefálica como equivalente científico legal y ético de la muerte 'clásica' del individuo.
- El respeto a la voluntad del fallecido en cuanto a donar o no sus órganos.
- La necesidad de que el diagnóstico de muerte se haga por un equipo de médicos independiente del de trasplante.
- El carácter altruista de la donación y la no comercialización de los órganos.
- La garantía de anonimato del donante.
- La aplicación de criterios médicos para la distribución de los órganos disponibles entre los enfermos en espera de los mismos.
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