El sondaje vesical forma parte del grupo de las técnicas invasivas que consiste en la introducción de una sonda a través de la uretra hasta llegar a la vejiga. La finalidad de esta técnica puede tener un carácter tanto terapéutico como diagnóstico y puede realizarse de forma temporal intermitente o permanente. En la actualidad, múltiples condiciones fisiológicas de los pacientes han llevado a una alta prevalencia del uso de este dispositivo en los diferentes niveles de atención sanitaria.
Al ser una de las técnicas más frecuentes que producen la mayor parte de los casos de infecciones urinarias nosocomiales, el protocolo de la técnica y los cuidados de mantenimiento de la sonda son de real importancia.
- Es muy importante el lavado de manos antes y después de manipular la bolsa de orina y la sonda.
- Utilizar guantes no estériles cuando se tome contacto con la orina y medir la diuresis.
- Limpiar el área alrededor de la sonda dos veces al día, con agua y jabón o con un antiséptico como povidona yodada.
- Vigilar regularmente que la sonda no se encuentre acodada y que la orina fluya normalmente hacia la bolsa colectora
- Mantener la bolsa del drenaje por debajo de la vejiga, para así prevenir infecciones por reflujo.
- Estimular el aporte de líquidos, a no ser que esté contraindicado.
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