La prevención totalmente efectiva frente a las infecciones de transmisión sexual es inalcanzable ya que el empleo de protecciones como los preservativos, condones femeninos o barreras bucales no garantiza la plena seguridad de no contraerlas a pesar de que, en algunos casos se consiga asegurar hasta un 95%.
Para un correcto uso de dichos métodos de prevención frente a las ITS, es importante que se proporcionen consejos y una correcta educación a la población de riesgo. Este grupo incluye tanto a trabajadores sexuales y hombres homosexuales, como a consumidores de drogas inyectables y adolescentes.
Además de compartir información acerca de cómo se debe de mantener una relación sexual segura, también es importante transmitir la confianza entre la pareja para así comunicar relaciones anteriores potencialmente peligrosas y así, proteger la salud del otro, realizando pruebas para determinar si se tiene una ITS.
Del mismo modo, existen vacunas para infecciones como el VPH, causante del cáncer de cuello de útero y verrugas genitales, la Hepatitis A y B. El hecho de estar vacunado de dichas infecciones forma parte también de una correcta prevención de este grupo de enfermedades.
El tratamiento profiláctico post exposición (PEP) y preexposición (PrEP), se administra en aquellos casos en los que se sospecha de presentar infección por VIH y se les presta protección. Este consiste en tomar la profilaxis preexposición antes de tener relaciones sexuales de riesgo con alguien que tiene VIH y el otro una vez ya se haya expuesto al virus.
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