Alrededor de un 30% de los pacientes pueden tener síntomas previos en forma de ataques isquémicos transitorios. Es importante su identificación, ya que pocas personas reconocen los signos previos y de esta manera, puede evitarse un infarto cerebral posterior.
Actualmente, un 30% de los pacientes con ictus presenta un problema de discapacidad que se manifiesta con parálisis, problemas de equilibrio, trastornos del habla y déficits cognitivos. De hecho, solo el 40% de los enfermos pueden valerse por sí mismos:
Se pueden destacar algunos síntomas como:
- Aparición brusca de dolor de cabeza intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales
- Sensación de vértigo
- Pérdida de sensibilidad, debilidad en la cara u hormigueos en la mitad del cuerpo
- Afectación brusca de la visión en uno o en los dos ojos (pérdida de visión, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual).
- Alteración repentina del habla y problemas para entender
- Pérdida brusca del equilibrio y estabilidad
- Pérdida brusca de la fuerza en brazo, pierna o ambos
En definitiva, cuanto más temprana sea la identificación de estos síntomas, el acceso a pruebas y al tratamiento, mayor será la probabilidad de recuperación y menores las secuelas.
Fuentes:
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