¿Qué es, cómo afecta y qué daños provoca en el organismo?
El tabaco tal y como lo conocemos es la hoja de la Nicotiana tabacum, la cual tras unos procesos de secado y procesado está lista para su consumo, ya sea para fumar, masticar o aspirar (estos dos últimos reciben el nombre de tabaco para no fumar).
A pesar de que el tabaco de fumar es el que más daños a largo plazo provoca, no podemos olvidar que el tabaco que no se fuma tiene más de 30 químicos que provocan cáncer. Los principales daños que provocan son:
- A nivel cardiovascular: Riego sanguíneo pobre en las piernas, problemas con las erecciones, hipertensión arterial, arteriopatía coronaria, coágulos sanguíneos en las piernas.
- A nivel pulmonar: EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y asma.
- Disminución de la capacidad para saborear y oler.
- Enfermedades de los dientes y las encías
- Cáncer (pulmón, laringe, boca, nariz, garganta, esófago, estómago, vejiga, riñón...)
El tabaco no solo provoca daños al que fuma, sino que aquel que convive con un fumador (fumador pasivo) también está expuesto a problemas como ataques cardíacos y enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón...
En caso de que el fumador pasivo sea un bebé o un niño pequeño pueden llegar a tener ataques de asma, infecciones en la boca, garganta, oídos y pulmones y daños pulmonares múltiples.
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Fuentes:
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