Son regiones de la piel lesionadas por la presión ejercida y mantenida entre dos planos duros durante un largo periodo de tiempo. Por un lado, tenemos el plano duro esquelético y prominencias óseas fisiológicas o deformantes del paciente y el otro plano duro generalmente externos a él, representado por la cama, silla, calzado u otros objetos.
El aumento de la presión capilar produce una isquemia local que puede llegar a terminar en un proceso inflamatorio si no se reduce la presión ocasionando trombosis venosa y alteraciones degenerativas que desembocan en necrosis y ulceración.
Cuando el paciente se encuentra encamado durante un tiempo prolongado es preciso la prevención de las UPP. Para ello, es necesario realizar cambios posturales frecuentemente, mantener la piel limpia y seca y utilizar algún tipo de apoyo, como almohadas, que alivien la presión. Deben intentar seguirse los siguientes cambios de posición mostrados en la imagen, según la hora del día:
No obstante, cuando ya se ha formado la úlcera, es preciso llevar a cabo unos cuidados y un registro para ir controlando la evolución de la misma. En primer lugar, se debe realizar una valoración inicial completa del paciente con la ayuda de algunas de las escalas para ello, como puede ser la escala de Braden. Del mismo modo, se debe evaluar las diferentes características de la úlcera como son sus dimensiones, color, localización, estadio o bordes. Esta valoración se debe repetir semanalmente para observar cambios en la lesión.
El tratamiento de la UPP incluye primariamente, la reducción de la presión ejercida sobre la parte del cuerpo afectada, para ello se debe reposicionar al paciente y se le proporcionan distintos apoyos para proteger la parte de la piel vulnerable. También es necesario mantener la úlcera limpia y vendada para crear una barrera contra la infección y mantiene seca la piel a su alrededor. Los tejidos dañados, muertos o infectados deben ser extraídos para que se cure adecuadamente la herida. El uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, podrían reducir el dolor.
En el menor de los casos, una gran úlcera de decúbito que no se cure podría requerir una cirugía.
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